La CUS - Salud, Consumo y Alimentación por el reciclaje del aceite doméstico

Fecha: 13-11-2019 - Categoría: Medio Ambiente


Desde la CUS - Salud, Consumo y Alimentación queremos ayudar en la sensibilización de los consumidores para reciclar el aceite doméstico que ya hemos utilizado y que tiene un gran poder contaminante.

Aún existen muchas personas que no son conscientes, en el ámbito doméstico, de las consecuencias para el medio ambiente que conlleva el hecho de echar por el fregadero el aceite usado, así que vamos a intentar razonar por qué no debemos hacerlo.

Debemos saber que unos dos tercios del aceite que echamos por el fregadero se vierte en las alcantarillas y ocasiona una serie de perjuicios como atascos en las tuberías, reproducción de bacterias que son potencialmente nocivas para nuestra salud y que contribuyen al aumento de ciertas plagas urbanas además de generar olores desagradables en los hogares.

La grasa, debido a su característica aglutinante, genera bolos que se acumulan y producen importantes atascos en las cabeceras de las canalizaciones de la red de aguas residuales que todos compartimos.

Si el aceite usado llega a los ríos forma una película en la superficie que interfiere en el intercambio de oxígeno y afecta a los animales y plantas que habitan en el ecosistema.

Se sabe que 1 litro de aceite es capaz de contaminar 1.000 litros de agua y se ha calculado que cada uno de nosotros generamos anualmente unos 4 litros de aceite doméstico usado que suponen unos 180 millones de litros de aceite vegetal usado anuales en España.

Si seguimos el recorrido, cuando estos residuos llegan a las depuradoras de aguas residuales, el proceso que comporta su eliminación física o química es, además de costoso,  una fuente generadora de contaminación.

Independientemente del elevado coste económico que supone el proceso de tratamiento en las depuradoras, no hay que olvidar que ese coste también afecta a los consumidores que somos quienes sufragamos ese gasto. Nos referimos a la utilización de un gran volumen de agua que debe ser calentada  y que implica un gasto energético añadido más el coste del detergente.

Toda esta situación que implica una actividad de limpieza está valorada en 40 euros por hogar y año. Dicho en cifras globales para los 5.000.000 de hogares existentes en España, obtenemos un resultado de 600.000.000 euros invertidos en una tarea innecesaria que podría evitarse perfectamente. Si además sumamos el volumen de agua potable que es necesario utilizar para todo el proceso de limpieza alcanzamos la cifra de 1.500 millones de litros anuales.

Esta acción, con un gran potencial contaminante, puede paliarse e incluso evitarse llevando a efecto un correcto reciclaje que además comporta beneficios interesantes. Los puntos limpios o puntos verdes son instalaciones públicas diseñadas para depositar una serie de residuos domésticos contaminantes entre los cuales se encuentra precisamente el aceite. Estos puntos limpios requieren que el consumidor se desplace hasta ellos para depositar el vertido, cosa que dificulta el proceso ya que suelen estar ubicados en las afueras del núcleo urbano.

Tenemos, sin embargo, la opción de los contenedores urbanos que, aunque en algunos municipios existe un déficit de ellos,  son la opción más próxima y fácil. Se debe depositar el líquido contaminante en un envase cerrado por parte del consumidor aunque en otros casos los responsables del reciclaje facilitan envases adecuados para homogeneizar el sistema de recogida.

Si gestionamos correctamente  el reciclaje de aceite usado a nivel doméstico podemos obtener una serie de beneficios como la eliminación de la contaminación del agua y la reutilización del agua una vez depurada, contribuiremos al menor coste del proceso de depuración de las aguas residuales, contribuiremos a la menor degradación y obstrucción de los sistemas de saneamiento, reduciremos la posibilidad de proliferación de microorganismos nocivos para nuestra salud y reduciremos la dependencia energética con el exterior.