Desde la CUS - Salud, Consumo y Alimentación queremos potenciar una nueva cultura del medicamento para concienciar a la sociedad sobre esta realidad cotidiana

Fecha: 02-08-2019 - Categoría: Salud

Un reciente estudio expone las diferentes razones por las que se hace un mal uso de los medicamentos y se acumulan en los botiquines de los hogares. La causa principal es la falta de cumplimiento terapéutico, tanto por  el olvido esporádico como de forma intencionada.

Esta falta de adherencia puede tener varias causas, tanto por las posibles reacciones adversas que puede causar un medicamento, como por la desconfianza respecto de su eficacia, sin olvidar que muchos pacientes acumulan medicamentos por el miedo a un posible desabastecimiento.

Si hablamos del sistema sanitario, la polifarmacia y los regímenes de tratamiento complejos también tienen una parte de responsabilidad sin olvidar que los cambios en el tratamiento o la prescripción de medicamentos en envases más grandes de lo que es necesario para la prescripción hecha por el médico son otros factores a considerar.

Por lo tanto, podemos destacar que es necesaria una mayor concienciación de todos los agentes implicados con campañas de difusión, formación y legislación para contribuir al buen uso de los medicamentos. Y, evidentemente, que el paciente sea responsable de su cumplimiento terapéutico, del buen uso de los medicamentos y de la correcta eliminación de los mismos.


En los últimos años la cantidad de medicamentos no usados ​​que se acumulan en los hogares ha aumentado. Existen varias razones que justifican este aumento, los agentes implicados son diferentes y su actuación tiene consecuencias de manera diversa.

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son el grupo de medicamentos que más se acumulan en los hogares y, a menudo, acaban por ser tirados por el lavabo. Este hecho hace que no sólo sea un problema de derroche de recursos sanitarios, sino que también impacta en la salud ambiental.

Si echamos un vistazo a nuestro botiquín doméstico es prácticamente seguro que encontraremos medicamentos caducados o usados ​​que no sabemos qué hacer con ellos.

Podemos reciclar los medicamentos? Cómo resolver esta situación?

Desde la CUS - Salud, Consumo y Alimentación queremos potenciar una nueva cultura del medicamento para concienciar a la sociedad sobre esta realidad cotidiana.

Los fármacos se pueden reciclar independientemente de su presentación ya sean pastillas, pomadas, cápsulas, jarabes, etc, pero lo que nunca debemos hacer es tirarlos directamente a la basura, al desagüe de la cocina o el baño ya que son sustancias potencialmente contaminantes y necesitan gestionarse de forma específica.

Debemos verificar de forma periódica cuáles son aquellos medicamentos que han caducado o aquellos otros que ya no utilizamos y separarlos del resto de fármacos en uso. También debemos tener en cuenta que los envases vacíos tampoco se deben tirar a la basura ya que pueden contener sustancias y partículas adheridas perjudiciales.

Debemos apartar los medicamentos que ya no usamos como el antibiótico que nos recetaron para una infección que ya hemos superado. También hemos de preservar los medicamentos almacenados sin prospecto o sin el envase original ya que pueden conducir a confusiones graves. Los medicamentos que no hayan sido conservados de forma adecuada o a temperaturas extremas también deben reciclarse.

En nuestro país el SIGRE, Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases, tiene la función del reciclaje de medicamentos. Es una entidad que cuenta con la colaboración de los laboratorios, los distribuidores farmacéuticos y las farmacias.

En el SIGRE trabajan para dar una solución eficaz al tratamiento medioambiental de los residuos de envases y restos de medicamentos procedentes de los hogares. Por tanto, una vez seleccionados los medicamentos para reciclar tendremos que contactar con alguna de las farmacias con punto de reciclaje SIGRE, depositar allí los medicamentos y, en caso de cualquier duda, preguntar al farmacéutico.

Es recomendable dejar siempre el prospecto en el interior del envase del medicamento para facilitar la identificación del tipo de residuo que contiene y poder clasificarlo convenientemente.

Una vez depositados los medicamentos en el punto SIGRE de reciclaje se envían a la planta de tratamiento para la gestión correspondiente. Los restos de medicamentos que no suponen ningún riesgo se utilizan para recuperar energía destruyèndolos por combustión y utilizándolos después como combustible industrial o producción de energía eléctrica. Los medicamentos peligrosos se tratan en gestores especializados para su destrucción.

El reciclaje de los medicamentos tiene el objetivo básico de cuidar de nuestro entorno natural evitando que los envases acaben en la basura y luchando contra la potencial contaminación de suelos y aguas.

Aunque la tasa de reciclaje ha augmengtat últimamente hasta llegar al 65% se trata de hacer crecer este porcentaje de forma significativa este en los próximos años de forma que entre todos debemos potenciar esta nueva cultura del reciclaje de medicamentos por nuestra propia seguridad y el bien de todos.