En los últimos años, entre los productos más regalados en el Día de la Madre, cada vez se posicionan mejor los productos digitales: teléfonos móviles, tablets, ordenadores, asistentes o altavoces digitales y complementos de todo tipo para estos dispositivos; sin perjuicio  de los clásicos regalos para este día como son la  moda, cosmética, productos de aseo y accesorios. Según los datos del INE 2020, el 83,8% de las mujeres navegan a diario, un 66,4% participan en redes sociales y en los tres meses anteriores a la realización de la encuesta, un 53,4% había comprado a través de internet.

En este día tan especial, como consumidores, también podemos aprovechar para regalar de forma sostenible y responsable, sin dejarse llevar por el aluvión de ofertas y rebajas, evitando el uso de plásticos o embalajes innecesarios, comprando en los comercios del barrio, regalando productos naturales, ecológicos, no testados en animales, veganos, a granel, de producción nacional o de cercanía, de comercio justo, de segunda mano, etc., incluso fabricando nosotros mismos el regalo.

Pero, si como consecuencia de las restricciones a la movilidad, como medida de prevención para evitar un posible contagio, por la dificultad para desplazarse o por la escasa oferta local, decidimos comprar a través de internet,  facilitamos una serie de consejos para evitar caer en posibles fraudes o falsificaciones:
 

• Ojo a las ofertas. No cliclar en los enlaces que se reciban o en los anuncios que veamos en las redes sociales o páginas web aunque parezcan procedentes de entidades conocidas. Si vemos una oferta que nos interese, entrar en la web del vendedor a través de su página principal, no a través del enlace. Si es una oferta real, la encontraremos; si no está es porque probablemente era un fraude. Revisar los enlaces, en ocasiones es fácilmente identificable que la dirección web a la que nos remite es ligeramente diferente a la real de la entidad. Eso significa que es una estafa.
• Comprar solo en páginas web en cuya barra del navegador aparezca el candado verde y el protocolo de seguridad "https://".
• Una vez en la web, buscar los datos del vendedor: nombre o denominación social, domicilio, correo electrónico o cualquier otra forma de contacto, los datos de inscripción en el Registro Mercantil y el número de identificación fiscal. Si la web no ofrece esta información, no nos  la juguemos.
• Compruebar que el apartado "Aviso legal" o "Información legal" contiene información sobre las condiciones del contrato; sobre el derecho de desistimiento y de garantía; sobre cómo devolver el producto y obtener el reembolso de lo abonado; información sobre cómo reclamar; sobre la política de protección de datos y los derechos de los consumidores respecto de los mismos. Si toda esta información no aparece, es demasiado genérica y breve o si detectas que la forma en que está escrita parece una traducción directa de un traductor digital, desconfíemos.
• En relación a los productos ofertados, revisar que aparezcan en el etiquetado, en castellano o catalán, las características del producto; las instrucciones y, en su caso, las advertencias sobre su uso; el marcado CE; información sobre el productor o distribuidor, etc. Si no contiene esta información, podríamos estar comprando un producto peligroso, falsificado, o encontrarnos ante una estafa.

Y, ¿cómo podemos evitar las falsificaciones?

Las falsificaciones a priori son difíciles de detectar, no obstante ofrecemos algunos consejos para evitar comprarlas ya que, más allá de una posible estafa, estos productos pueden tener consecuencias para nuestra salud ya que son productos que están en contacto directo con la piel y, en caso de productos tecnológicos, podrían explotar,  arder o tener productos químicos o materiales prohibidos.
En primer lugar, de forma general, reiteramos los consejos anteriores. Si una oferta es demasiado buena; la página web del vendedor ofrece poca información sobre este, sobre los derechos del comprador y sobre los productos, o tiene un aspecto poco confiable, son claros indicios de que podemos estar ante una estafa y/o ante la venta de productos falsificados.
Aún así, detectar un producto falsificado puede ser difícil, por eso te dejamos algunos consejos orientativos:

Productos digitales

Perfumes y cosméticos

En los productos falsificados, el plástico y el cartón del embalaje son de muy baja calidad, más finos que los originales, suele quedar aire entre el cartón y el celofán y el contenido del envase se mueve dentro del mismo.
El frasco de los productos falsificados es de menor calidad, más poroso y menos transparente, además en vez de estar hecho de una sola pieza, podremos notar las uniones entre las partes del frasco, generalmente con pegamento que podría ser tóxico.
En el etiquetado no figura el número de lote del producto, ni el listado de componentes, y otras identificaciones fundamentales tanto para la trazabilidad del producto como para un correcto tratamiento médico, si fuera necesario.
El tubo dispensador en los productos falsificados suele ser más largo que el frasco, por lo que quedará doblado en el fondo y podrá presentar grosores anómalos.

Joyería y bisutería

El contraste (o sello de contraste, grabado realizado a los artículos de joyería fabricados con metales preciosos) de garantía tiene diferente forma para cada metal precioso: óvalo para el oro, rectángulo para la plata y rombo para el platino.
Dentro del contraste debe aparecer el gramaje en milésimas más la inicial de la Comunidad Autónoma donde se encuentra el laboratorio y un número que identifica al laboratorio (por ejemplo, M1: Madrid laboratorio nº1)
Para asegurarnos de que vamos a comprar una joya y no una falsificación, debemos comprar siempre en joyerías o lugares autorizados que nos garanticen la autenticidad de las mismas.